biblioteca de libros antiguos, claustro para relajarse, vistas perfectas al puerto

La falta de ascensor puede ser una pesadilla para quienes llevan maletas!!! Además, el garaje está muy lejos y es caro. No se puede ignorar el ruido de los peregrinos en las mañanas, incomodando el descanso.

El desayuno muy rico con productos de la zona, ecológicos y caseros.

La distancia que separa las habitaciones de la recepción es incómoda, especialmente al llevar maletas.

El desayuno estaba bien, aunque un

poco pobre. Sin embargo, el hotel es precioso y la atención del personal fue excelente. La chica en recepción nos ayudó con las maletas, lo que hizo nuestra llegada más fácil. La ubicación es ideal para disfrutar de la ciudad.

La atención del personal fue excepcional.

* Antiguo convento hermoso
* Desayuno artesanal delicioso
* Personal amable y servicial

* Falta de ascensor
* Colchón blando

Aprovecha al máximo el desayunador con vistas al patio interior, es un momento especial para relajarte y disfrutar del ambiente.

La ubicación es insuperable, junto al puerto. el ambiente del lugar es un sueño, una mezcla de historia y confort. el desayuno muy completo, todo fresquito y rico.

Estoy totalmente satisfecho con todo.

La habitación era amplia y muy cómoda, con un baño moderno que contrastaba con los muebles antiguos. Tenía vistas al mar, lo cual era espectacular. La decoración tenía un gran gusto, mezclando elementos antiguos y modernos. Solo noté que el colchón era un poco blando, pero en general, fue una estancia muy agradable.

Recomendado para quienes buscan un lugar singular

La atención del personal fue excepcional, recuerdo que nos dieron unas toallas frescas cuando preguntamos, eso no lo olvidare. Me encantó el ambiente del lugar, era como estar en un museo, lleno de arte y historia, eso me hizo sentir realmente especial.

No era barato, pero el nivel de comodidad y atención lo justificó.

La habitación que elegimos era amplia y bien iluminada. El baño moderno con ducha de lluvia era fantástico. Me encantó la mezcla de antigüedad y modernidad en el edificio. La decoración añeja le da un encanto especial, pero noté que los pasillos son un poco largos y hay escaleras, lo cual puede ser complicado. La ubicación cerca del puerto era ideal, pero no tuve la suerte de tener vistas al mar. El desayuno, eso sí, fue un deleite total, con bizcochos caseros y café recién hecho. El ambiente en el desayunador era acogedor, aunque noté que la falta de ascensor puede ser un inconveniente para quienes llevan muchas maletas. En general, el personal fue amable y la experiencia fue muy buena.

El hotel es un antiguo convento que ha sido restaurado de manera impresionante. Las habitaciones son amplias, con vistas al puerto y detalles arquitectónicos que reflejan su historia. El desayuno es delicioso, con productos artesanales que realzan la experiencia. La biblioteca de libros antiguos es un lugar especial para relajarse, y el patio interior ofrece un ambiente acogedor.

La falta de ascensor puede resultar incómoda para algunas personas.

El Monumento Convento de San Benito me dejó encantado. Las habitaciones amplias combinan lo antiguo con lo moderno. El desayuno, lleno de productos artesanales, fue un deleite total. Solo noté que el colchón era un poco blando para mi gusto. Sin duda, volveré para disfrutar más de este lugar.

Un convento restaurado que te transporta al pasado, con obras de arte y un jardín con fuente. Además, la biblioteca alberga libros del siglo XVI, todo un lujo para un ratito de relax.

Las escaleras son como una mini maratón, ¡las maletas no se suben solas!

Un lugar con mucho encanto

El lugar tiene una vibra impresionante, con un ambiente acogedor. La habitación era amplia y luminosa, y me encantó la ducha. El desayuno fue un verdadero placer, con opciones frescas y deliciosas. Lo único es que las escaleras pueden ser un poco cansadas, especialmente al llevar maletas. Pero en general, ¡una experiencia genial!